La Ermita de San Antonio de la Florida, también conocida como Real Ermita de San Antonio de la Florida, se erige majestuosa en la plaza del mismo nombre, en el distrito de Moncloa-Aravaca de Madrid. Es un monumento histórico-artístico que destaca por su singularidad como la única superviviente de las tres ermitas dedicadas a San Antonio de Padua que existieron en las afueras de la ciudad. Este artículo explora la rica historia y las características únicas de esta ermita, que ha sido testigo de siglos de tradiciones religiosas y festividades populares.
Orígenes y Antecedentes
Primera Ermita: Churriguera
La historia de la ermita comienza en el siglo XVIII, con la construcción de la primera ermita a cargo del arquitecto José Benito de Churriguera en 1720. Esta ermita, ubicada junto a la cuesta de la Vega, fue financiada por el Resguardo de las Rentas Reales. Sin embargo, su existencia fue efímera, ya que fue demolida en 1768 debido a los planes de remodelación urbana de la nueva casa de los borbones.
Segunda Ermita: Sabatini
En 1768, bajo el reinado de Carlos III, se ordenó la construcción de una segunda ermita a cargo de Francesco Sabatini. Esta ermita, situada en las laderas de la Montaña del Príncipe Pío, también fue derribada en 1790 como parte de un plan de ensanche urbano que afectó a la zona.
Tercera Ermita: Fontana
La ermita actual fue encargada por Carlos IV en 1792, como parte de las obras de la Real Posesión de la Florida. Diseñada por el arquitecto italiano Felipe Fontana, la construcción comenzó en el mismo año, pero se vio interrumpida por la suspensión de los trabajos en 1793. Finalmente, la ermita se completó en su ubicación actual, remontando el curso del río, y se inauguró en 1798.
Características Arquitectónicas
La Ermita de San Antonio de la Florida presenta un estilo arquitectónico neoclásico, con una planta de cruz griega y cúpulas rematadas por linternas. Su diseño es simétrico y está centrado en la plaza donde se ubica. En su interior, destacan los altares de estuco italiano y las esculturas de ángeles de José Ginés. Además, la ermita alberga un Cristo del siglo XVIII, tallado en marfil y carey.
Frescos de Goya
Uno de los aspectos más destacados de la ermita son los frescos pintados por Francisco de Goya entre agosto y diciembre de 1798. Estas obras, realizadas al temple, adornan la bóveda y las paredes de la ermita con escenas religiosas y alegóricas. La técnica innovadora de Goya y su estilo único se reflejan en estas obras, que muestran una visión fantasmagórica y onírica.
Tradiciones y Festividades
Desde el siglo XIX, la ermita ha sido el escenario de la verbena de San Antonio de la Florida, celebrada cada 13 de junio. Esta festividad, que combina elementos religiosos y populares, atrae a numerosos visitantes que participan en rituales como la recogida de panes del santo y la ejecución del ritual de los trece alfileres.
Legado y Conservación
La Ermita de San Antonio de la Florida fue declarada monumento nacional en 1905, lo que ha contribuido a su preservación a lo largo de los años. Sin embargo, durante la Guerra Civil Española, tanto la ermita como sus frescos sufrieron daños debido a los saqueos y los combates cercanos. A pesar de estos desafíos, la ermita ha sido restaurada y continúa siendo un importante patrimonio cultural de Madrid.
La Ermita de San Antonio de la Florida es mucho más que un simple edificio religioso; es un símbolo de la historia y la cultura de Madrid. A lo largo de los siglos, ha sido testigo de cambios urbanos, tradiciones populares y momentos históricos significativos. Hoy en día, sigue siendo un lugar de culto, un museo de arte y un punto de encuentro para los madrileños y visitantes de todo el mundo. Su legado perdura como parte integral del patrimonio cultural de la ciudad.