Un Cierre que Marca el Fin de un Madrid Tradicional
Después de casi un siglo endulzando la vida de los madrileños, la icónica bombonería Santa cerrará sus puertas definitivamente el próximo 10 de mayo. Ubicada en el prestigioso barrio de Salamanca, en la calle Serrano, Santa ha sido más que una tienda de chocolates: ha sido un emblema de la tradición y la historia madrileña. Sin embargo, el reciente fallecimiento de Martine, la matriarca de la familia propietaria y titular del contrato de renta antigua, ha precipitado su clausura.
Un Legado de Dulzura y Cultura
Desde su fundación en 1932 por Antonio López Martín, Santa se ha distinguido no solo por sus exquisitos bombones y rocas de almendra, sino también por su ambiente que evoca tiempos pasados. La tienda, adornada con latón y hierro forjado, ha visto desfilar a generaciones de familias, así como a celebridades como Concha Velasco, quien era una visitante frecuente y una admiradora de estos dulces artesanales. «Siempre venía», recuerda Enrique López, hijo de Martine, «la última vez ya estaba muy malita».
El peso de la historia y la cultura de Madrid se respira en cada rincón de Santa, desde la escalera de caracol que lleva a un segundo piso lleno de recuerdos hasta las fotografías de figuras emblemáticas disfrutando de un bombón. Este lugar no solo ha sido un negocio, sino también un punto de encuentro cultural en el corazón de Madrid.
La Lucha Contra un Mercado Cambiante
La decisión de cerrar no ha sido fácil. La bombonería, que sobrevivió a la modernización y a los cambios en los hábitos de consumo, finalmente ha sucumbido ante la imposibilidad de competir con las elevadas rentas del barrio de Salamanca, dominado ahora por grandes cadenas y establecimientos de comida rápida como Rodilla y Honest Greens. «El precio actual por el arrendamiento de un local solo pueden permitírselo las grandes empresas y superficies», explica Verónica López, la hija de Martine.
Consultas y Despedidas
En los días previos al anuncio del cierre, el teléfono de la bombonería no dejó de sonar. Carmen, una de las empleadas, entre llamada y llamada, preparaba las últimas bandejas de bombones para los clientes que querían despedirse de este histórico establecimiento. «Hola, sí, cerramos…», se convirtió en una frase repetida con un dejo de tristeza y resignación.
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Recordando el Origen
El origen de Santa se remonta a la importación de café desde Colombia y Cuba por Antonio, quien junto a su esposa Enriqueta, también abrió el camino a la creación de chocolates. A lo largo de los años, la familia adaptó el negocio a las nuevas tendencias sin perder la esencia de la tradición y la calidad.
El Futuro de la Tradición
A pesar del cierre, la historia de Santa y su contribución a la cultura madrileña no será olvidada. La familia López Martín ha expresado su deseo de preservar la memoria del establecimiento y está explorando formas de mantener viva la marca, posiblemente a través de ventas en línea o pequeñas pop-up stores. «No queremos que Santa desaparezca completamente», afirma Enrique López.
Una Despedida Agridulce
El cierre de Santa no es solo el fin de un negocio, sino también el símbolo del cierre de una época en Madrid donde los negocios familiares y las tiendas con historia ceden su lugar a un urbanismo globalizado y homogéneo. La bombonería Santa será recordada no solo por sus delicias, sino también por ser un refugio de la autenticidad en una ciudad que cambia rápidamente.
En resumen, mientras Santa prepara sus puertas para cerrar, Madrid pierde un pedazo de su historia dulce y cultural, pero gana un legado que perdurará en la memoria de quienes alguna vez pasaron por la calle Serrano y se dejaron tentar por un chocolate de la bombonería más querida de la ciudad.