En un esfuerzo por restaurar la paz y el descanso en Puente de Vallecas, el periodico «El Mundo» señala que finalmente se han cerrado tres discotecas problemáticas: Mixers VIP, Fire Bar & Lounge y Jake Mate. Este movimiento sigue a la clausura de cinco establecimientos similares en marzo pasado, buscando mitigar las quejas de los vecinos.
Conflictos y violaciones normativas
Mixers VIP, ubicado en la calle Santa Alicia, generaba disturbios frecuentes debido a la embriaguez de su clientela. Inspecciones revelaron la presencia de menores y la utilización de identificaciones falsas por parte de su personal de seguridad. Las autoridades municipales y policiales llevaron a cabo múltiples operativos para abordar estas irregularidades.
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Jake Mate, reconocido por sus repetidas violaciones a las normativas bajo diferentes nombres y conceptos musicales, captó más atención al convertirse en un popular punto de encuentro de la comunidad dominicana. Frecuentemente, el local operaba con exceso de capacidad, una infracción grave según las leyes de espectáculos públicos. Además, los niveles elevados de ruido afectaban severamente a los residentes cercanos, contraviniendo las normativas de protección acústica establecidas.
Impacto en la comunidad local
Residentes como Sara han experimentado años de incomodidad extrema debido a estas discotecas. Durante los meses menos restrictivos de la pandemia, el ruido y el comportamiento de los clientes se intensificaron, afectando profundamente la calidad de vida de los vecinos.
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«Sufriendo desde hace dos años, una vecina se vio obligada a abandonar su hogar, mientras que otra apenas dormía en su sofá», relata Sara con emoción. El constante estruendo obligó a su pareja a depender de tranquilizantes para conciliar el sueño, sumiéndolos en un «auténtico infierno».
Transformación del entorno
Con la clausura de estos locales nocturnos, la paz ha regresado inesperadamente a las calles de Vallecas. Sara ahora disfruta de un ambiente tranquilo que ha sustituido los disturbios nocturnos. La presencia de niños jugando afuera y la falta de actividades sospechosas han cambiado radicalmente el entorno urbano, restaurando la sensación de seguridad y normalidad entre los residentes.
«Antes, al asomarnos por la ventana, solo veíamos problemas; ahora, todo eso ha desaparecido», reflexiona Sara con alivio. La comunidad anhela que estas clausuras marquen el inicio de una mejora continua en la calidad de vida en Puente de Vallecas, donde el silencio y la calma han retornado después de años de molestias constantes.
Fuente de la noticia Periodico EL Mundo