La escena del cine español siempre se ha enriquecido con el talento de cineastas que desdibujan fronteras. Jaime Rosales, un nombre que ya resuena fuerte en este panorama, regresa con su nuevo largometraje Morlaix. Este film, que podrá disfrutarse en el Museo Reina Sofia, promete no solo una historia de amor adolescente, sino también una reflexión profunda sobre las relaciones humanas y cómo estas marcan nuestras vidas. La proyección está programada para el 14 y 15 de marzo, atrayendo la atención de cinéfilos y curiosos por igual.
Un encuentro inesperado en Bretaña
Morlaix presenta un relato que se desarrolla en una pintoresca localidad de Bretaña, Francia. La trama se centra en Gwen, una joven que vive un amor inesperado con Thomas. La tranquilidad de su vida da un giro radical con la llegada de Jean-Luc, un joven parisino que parece traer consigo un vendaval de emociones y complicaciones. Este triángulo amoroso se convierte en el hilo conductor de una historia cargada de tensión emocional y descubrimientos. Los personajes se ven inmersos en un laberinto de sentimientos que exploran la complejidad del amor y la amistad.
Una historia que mira hacia el cine
La originalidad de Morlaix radica en su estructura metacinematográfica. En un momento determinado, Gwen y su grupo de amigos asisten a una función de cine, donde la película que ven refleja extrañamente sus propias vivencias. Esta astucia narrativa no solo invita a la reflexión sobre la influencia del cine en la vida real, sino que también permite a la audiencia cuestionar su relación con las historias narradas. ¿Hasta qué punto las películas inspiren nuestras decisiones y relaciones? Esto se convierte en una inquietante conversación entre el espectador y la pantalla.
Un juego visual entre el blanco y negro y el color
Jaime Rosales juega con los formatos cinematográficos para acentuar las emociones que desea transmitir. Alternando entre 36mm y 16mm, y jugando con el blanco y negro en contraste con el color, el director crea un paisaje visual que complejiza la experiencia del espectador. Esta elección estética no es casual; busca establecer un diálogo sobre la memoria y el paso del tiempo, ya que las decisiones que tomamos en nuestra juventud muchas veces moldean nuestro futuro de maneras inesperadas.
El recorrido de Jaime Rosales
A lo largo de su carrera, Rosales ha cosechado una serie de premios que atestiguan su maestría en la dirección. Películas como Las horas del día y La soledad han dejado huella en el cine español y lo han consagrado como un referente del séptimo arte. Con Morlaix, continúa su exploración de la condición humana, buscando reflejar en la pantalla lo que muchos sienten pero pocos se atreven a expresar.
Proyecciones y coloquios
El Museo Reina Sofia organiza dos pases de Morlaix, en los que Rosales estará presente para discutir su trabajo. Este tipo de interacciones hacen que el cine sea mucho más que solo una proyección; se transforma en una experiencia colectiva. En el coloquio posterior a la proyección, Rosales dialogará con figuras como Ángeles González-Sinde, cineasta y guionista, y Javier Gomá, filósofo. La participación de estos expertos añade profundidad a la conversación, enriqueciendo la perspectiva sobre el cine y su influencia en la vida.
Todo lo que debes saber sobre las entradas
La entrada a la proyección será gratuita, pero se recomienda obtenerlas con anticipación, ya que el aforo es limitado. Desde el 12 de marzo, se podrán retirar en taquillas o a través de la web del museo. Cada persona podrá solicitar hasta dos entradas, lo que fomenta que más cinéfilos puedan disfrutar de esta obra. Además, se reserva un 20% del aforo para quienes quieran asistir sin entrada, lo que abre las puertas a un público más amplio.
Reflexiones finales
Morlaix no es solo un film; es una oportunidad para reflexionar sobre el amor, la amistad y la influencia del cine en nuestras vidas. Jaime Rosales lleva al espectador a un viaje donde las emociones se entrelazan con la realidad de manera ingeniosa. Esta obra tiene el potencial de tocar fibras sensibles y propiciar diálogos enriquecedores, tanto en la sala de cine como en el mundo real.
Para aquellos que aman el cine y buscan experiencias que trascienden la pantalla, Morlaix es una cita ineludible en el Museo Reina Sofia.
