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El legado del Circo Price y su transformación en el siglo XXI

Desde su fundación en 1853 por el écuyer irlandés Thomas Price, el Circo Price ha sido un emblema cultural de Madrid. Ubicado originalmente en el Paseo de Recoletos y posteriormente trasladado a la Plaza del Rey, este espacio ha sido testigo de la evolución del entretenimiento y las artes circenses en España. A pesar de que el antiguo teatro-circo fue demolido en 1970, el espíritu del Price fue revivido en 2007 cuando el Ayuntamiento de Madrid estableció un nuevo centro cultural en la Ronda de Atocha.

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Historia y transición

Thomas Price, un pionero del circo en España, estableció un precedente significativo en el mundo del entretenimiento al trasladar su cuadra de acróbatas a caballo a Madrid en la mitad del siglo XIX. Este movimiento audaz no solo introdujo una nueva forma de arte en la capital española, sino que también sentó las bases para lo que se convertiría en una rica tradición circense. Tras su trágica muerte en 1877, su yerno, William Parish, asumió el control del circo y continuó con la misión de Price de enriquecer la cultura local con espectáculos de circo de alta calidad.

Bajo la gestión de Parish, el circo experimentó una transformación y crecimiento significativos, consolidando su reputación durante lo que muchos consideran la «era dorada» del Circo Price, que se extendió desde los años posteriores a la Primera Guerra Mundial hasta el período entre guerras. Durante estos años, el Price se convirtió en mucho más que un simple lugar de entretenimiento; se transformó en un verdadero centro cultural que atraía a públicos de todos los estratos de la sociedad madrileña.

Década de 1960 : otro renacimiento

Fue en la década de 1960 cuando el Circo Price vivió otro renacimiento, adaptándose a los cambiantes gustos culturales y sociales de la época. Este período vio la introducción de las Matinales del Price, sesiones dominicales matutinas donde la música pop, un género entonces en su nacimiento en España, encontraba un vibrante escenario. Estas matinales se convirtieron rápidamente en un fenómeno cultural, atrayendo a jóvenes ávidos de nueva música y experiencias culturales contemporáneas.

Los artistas que actuaron en las Matinales del Price no eran solo figuras emergentes del panorama musical español, sino también talentos internacionales que contribuyeron a definir el sonido pop de esa era. La atmósfera en estas sesiones era eléctrica, con la música resonando en el espacio histórico del circo, creando un contraste único entre lo antiguo y lo nuevo, lo tradicional y lo moderno.

Este enfoque innovador no solo revitalizó el interés por el Price, sino que también solidificó su papel como un lugar de confluencia de diferentes formas artísticas. Además, demostró la habilidad del circo para adaptarse a los tiempos y seguir siendo relevante en un mundo en rápida evolución. Las Matinales del Price simbolizaban un puente entre generaciones y culturas, haciendo del circo un punto de encuentro tanto para aficionados al arte tradicional como para seguidores de las tendencias más modernas.

La clausura y su impacto

La clausura del Price en 1970 representó un momento crucial, marcando el fin de una era dorada para el circo tradicional en Madrid y, en cierta medida, a nivel global. Este evento no solo señaló el cierre de un espacio icónico, sino que también coincidió con un declive general en la popularidad del circo tradicional, afectado por la diversificación del entretenimiento y el cambio en las preferencias culturales. A pesar de este panorama, el impacto cultural y el legado de quienes brillaron bajo su carpa perduraron mucho más allá de su existencia física.

Entre las luminarias que adornaron el escenario del Price, Pinito del Oro se destaca como una de las figuras más emblemáticas. Esta trapecista, nacida en Gran Canaria y cuyo verdadero nombre era Josefina Monasterio, dejó una marca indeleble en el mundo del circo y se convirtió en una de las artistas más respetadas de su tiempo. Su audacia y técnica impecable en el trapecio no solo le ganaron aclamación mundial, sino que también rompieron barreras para las mujeres en el ámbito circense, un campo tradicionalmente dominado por hombres.

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Pinito del Oro fue conocida por su valentía y sus innovadoras rutinas, que a menudo ejecutaba sin red de seguridad, elevando el nivel de riesgo y espectáculo. Su destreza y carisma ayudaron a mantener viva la magia del circo en los corazones de quienes tuvieron la fortuna de presenciar sus actuaciones. A lo largo de su carrera, recibió numerosos premios y reconocimientos, y su influencia se extendió más allá del circo, incluso apareciendo en películas y siendo objeto de numerosos homenajes.

El renacimiento en el siglo XXI

En 2007, el nuevo Teatro Circo Price fue inaugurado en un edificio contemporáneo diseñado para reflejar tanto la tradición como la modernidad. Este renacimiento fue liderado por figuras como Tato Cabal y Joan Montanyès, y más tarde Pere Pinyol y María Folguera, quienes han dirigido la programación artística hacia una diversidad de expresiones culturales.

Un nuevo complejo cultural

El nuevo Price no solo sirve como circo, sino que es un complejo multifuncional que puede adaptarse a diferentes formatos artísticos. Su diseño incluye una sala circular adaptable y modernas instalaciones que permiten desde espectáculos teatrales hasta conciertos. La fachada del edificio y su estructura interna combinan el estilo neomudéjar con elementos modernos, creando un espacio único en el corazón de Madrid.

Capacidad e innovación

Con capacidad para 2000 espectadores, el nuevo Price es un centro de arte y cultura que acoge una amplia gama de actividades. Desde talleres hasta exposiciones, el Price se ha convertido en un reflejo de la evolución del arte y un punto de encuentro para la diversidad cultural.

Impacto y expectativas futuras

La transformación del Circo Price en un espacio cultural moderno y adaptable es un testimonio de la resiliencia y evolución del circo como forma de arte. Con cada espectáculo y cada iniciativa, el Price no solo honra su rica historia, sino que también establece un camino para el futuro del entretenimiento y la cultura en Madrid.

Su continua adaptación y compromiso con la innovación aseguran que el Price seguirá siendo un faro de la creatividad y la expresión artística en la ciudad.

El Teatro Circo Price del siglo XXI es mucho más que un recinto de espectáculos; es un legado vivo que sigue evolucionando y adaptándose a las nuevas demandas y gustos del público, preservando su historia mientras abraza el futuro.