La reciente reforma fiscal aprobada por el Congreso incluye una extensión del impuesto energético que afecta directamente a grandes empresas del sector. Aunque su principal objetivo es financiar la transición hacia una economía descarbonizada, las PYMES también se están viendo afectadas indirectamente en sus costes operativos, especialmente en sectores con alta dependencia energética.
Estas medidas, que incluyen deducciones para inversiones verdes, buscan fomentar la sostenibilidad, pero tienen que hacer frente a algunos retos para los pequeños negocios.
Claves de la reforma fiscal en el sector energético
El nuevo impuesto energético tiene como objetivo recaudar fondos para avanzar hacia una economía más verde. Aunque inicialmente afecta a las grandes empresas energéticas, su efecto rebota en toda la economía, tocando también a las pequeñas y medianas empresas (PYMES). ¿Cómo? Principalmente a través del incremento en los costes de electricidad, gas y transporte, que afectan a casi todos los sectores.
Además, el impuesto energético se enmarca en una reforma más amplia que incluye medidas como la armonización del IRPF para las grandes rentas de capital y un enfoque para combatir el fraude fiscal. Aunque estas acciones pretenden fortalecer la sostenibilidad fiscal del país, su implementación genera tensiones económicas, especialmente para las PYMES que ya tienen un panorama complejo.
Retos para las PYMES: Incremento de costes operativos
Uno de los principales retos del nuevo impuesto energético para las PYMES es el incremento de los costes operativos. Los precios de la electricidad y el gas natural, que ya se encontraban en niveles elevados, experimentan un repunte adicional debido al impacto de este gravamen. El aumento afecta a sectores dependientes de la energía, como la industria, el comercio y los servicios.
Algunos sectores, como el de los instaladores técnicos de aire acondicionado en Madrid, tendrán que hacer frente a mayores costes, no solo por el suministro eléctrico, también por el transporte y la fabricación de equipos. Esto los obliga a tener que trasladar parte del coste a los consumidores o a reducir sus márgenes de beneficio, impactando directamente en su sostenibilidad.
Medidas para mitigar el impacto del impuesto energético
Para minimizar los efectos negativos del nuevo impuesto, las PYMES deben adoptar estrategias proactivas. Entre las medidas más destacadas se encuentran la optimización de sus consumos energéticos y la búsqueda de soluciones financieras que les permitan adaptarse al entorno.
- Planificación energética: Realizar auditorías para identificar áreas de mejora en el consumo de energía.
- Negociación de tarifas: Buscar proveedores energéticos con tarifas más competitivas o con opciones de energía renovable.
- Formación: Capacitar a empleados en prácticas de ahorro energético para reducir el uso ineficiente de recursos.
Ahorro energético como herramienta principal
El ahorro energético es una de las herramientas más efectivas para reducir costes operativos. Implementar medidas como el cambio a iluminación LED, la instalación de sensores de movimiento o la mejora del aislamiento térmico puede generar enormes ahorros.
Además, las PYMES pueden beneficiarse de la transición hacia energías renovables, como la instalación de paneles solares en sus instalaciones. Aunque la inversión inicial puede ser alta, existen programas de financiación que facilitan la adopción de estas tecnologías.
Adopción de tecnologías más eficientes
La incorporación de tecnologías más eficientes es otra solución para hacer frente al impacto del impuesto energético. Equipos de última generación, como maquinaria industrial con menor consumo energético, no solo reducen costes; mejoran la productividad y el nivel empresarial. Por ejemplo, las empresas de servicios pueden invertir en software de gestión que optimice sus procesos logísticos; así reducen desplazamientos innecesarios y el consumo de combustible.
Recursos y apoyo financiero para las PYMES
El acceso a recursos y apoyos financieros será fundamental para que las pymes puedan adaptarse al impacto del nuevo gravamen. El Gobierno ha anunciado la creación de programas específicos que ofrecen subvenciones y créditos blandos para facilitar la transición energética de las empresas. Dichos programas están orientados a financiar proyectos de eficiencia energética, así como la implementación de energías renovables. Además, las entidades bancarias han comenzado a lanzar productos financieros adaptados a las necesidades de las pymes en el contexto de esta reforma.
Programas específicos de ayudas públicas
Entre los programas más destacados se encuentran las subvenciones del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), que financian hasta el 50% de los proyectos de mejora energética. Asimismo, los fondos europeos Next Generation cuentan con líneas de crédito específicas para inversiones en sostenibilidad.
Todo esto es una oportunidad para que las pymes se adapten al nuevo marco fiscal, pero también para que aprovechen las ventajas de una economía más verde. Para ello, es necesario que las empresas estén bien informadas y cuenten con asesoramiento adecuado para acceder a estas ayudas.