Una obra que parece no tener fin
La reforma del emblemático parque de la Cornisa, ubicado detrás de la basílica de San Francisco el Grande, ha generado una enorme controversia. Este jardín, que solía ser un oasis verde en el corazón de Madrid, se encuentra impracticable durante este verano. La segunda fase de las obras de remodelación, iniciada en junio, se prolongará por ocho meses, afectando a los vecinos y visitantes de la zona.
Un presupuesto millonario para una transformación cuestionada
Los trabajos cuentan con un presupuesto superior a los 843,000 euros, que se suman a los 825,000 euros de la primera fase. En total, el Ayuntamiento ha invertido más de un millón y medio de euros en la renovación de este parque. Sin embargo, la reforma ha provocado el malestar de los vecinos, quienes han protagonizado varios meses de protestas. No entienden que el Gobierno local haya gastado esa cantidad de dinero en un cambio no solicitado y que ha deteriorado el parque durante casi dos años.
El impacto en la comunidad local
Los residentes reclamaron al Consistorio que no cerrase el recinto durante el verano, ya que era su refugio climático para aliviar las altas temperaturas. La Junta de Distrito Centro argumentó que las obras no podían retrasarse porque estaban contempladas en el presupuesto de 2024 y, si comenzaban después del verano, no daría tiempo a terminarlas este año. Los vecinos no creen este argumento, ya que si las labores duran ocho meses, finalizarán en febrero del próximo año.
La desaparición del verdor y la vegetación
A los residentes de la zona les gustaba el jardín tal como estaba, repleto de verde, árboles, arbustos y rosales. Ahora, esta vegetación ha desaparecido. «Quitaron una gran parte del césped y también arrancaron los arbustos y los rosales», comenta un miembro del colectivo Vecinas Corniseras. La crítica principal es que si uno de los motivos de la reforma era mejorar el drenaje del parque, la situación ha empeorado, formándose charcos aún mayores. Cuando llueve, la cancha de baloncesto se convierte en una piscina.
Promesas de mejora desde el Ayuntamiento
El Ayuntamiento asegura que se instalará una red de drenaje en las zonas centro y sur del parque y se realizará un nuevo perfilado del pavimento para garantizar la evacuación de las aguas pluviales. Además, la reforma promete zonas para practicar deporte con mesas de ping pong y ajedrez, elementos de calistenia, un circuito biosaludable y canastas para baloncesto. Se instalará una fuente de beber mixta para personas y mascotas y se creará otra fuente con chorros de agua y focos de iluminación.
La oposición de los vecinos a la remodelación
A pesar de estas promesas, los habitantes de la zona prefieren el parque en su estado original. Desde 2022, los vecinos comenzaron a perder su oasis de paz. Ahora, sienten que se está levantando un parque como todos los de Madrid, rodeado de cemento y con pocos lugares para sentarse. El colectivo Vecinas Corniseras también denuncia el deterioro de los árboles debido al maltrato durante la reforma. Aunque lograron salvar 70 de los cerca de 100 árboles que pretendían cortar, la situación sigue siendo preocupante.
Una transformación que cambia la esencia del parque
El parque de la Cornisa se había convertido en un lugar de encuentro para los vecinos, donde se sentaban en el césped para charlar, jugar al baloncesto o practicar yoga. La pérdida de este espacio verde ha impactado negativamente en la vida de la comunidad. Algunos vecinos han dejado de visitar el parque, ya que lo consideran un desierto y una pesadilla.
Reflexiones finales sobre la reforma del parque
La interminable reforma del parque de la Cornisa ha transformado un espacio verde querido por los vecinos en un área de controversia y descontento. Aunque el Ayuntamiento promete mejoras, la comunidad local sigue escéptica sobre los beneficios de estos cambios. La pérdida de vegetación, el deterioro de los árboles y la imposibilidad de utilizar el parque durante el verano han generado un profundo malestar entre los residentes.
Un llamado a reconsiderar las prioridades
Es crucial que las autoridades locales reconsideren sus prioridades y escuchen las voces de los vecinos. Un parque no es solo un espacio físico, sino un lugar de encuentro y bienestar para la comunidad. La verdadera mejora de un espacio público debe reflejar las necesidades y deseos de sus usuarios, garantizando que los cambios realizados beneficien a todos.
El futuro del parque de la Cornisa
La conclusión de la segunda fase de la remodelación se espera para febrero del próximo año. Hasta entonces, los vecinos seguirán atentos al desarrollo de las obras y mantendrán su lucha por un parque que refleje sus necesidades. La historia de la reforma del parque de la Cornisa sirve como un recordatorio de la importancia de la participación ciudadana en la planificación urbana.
En última instancia, la renovación de este espacio emblemático debe convertirse en un ejemplo de cómo se pueden combinar las mejoras necesarias con el respeto por la historia y el uso comunitario del lugar. Madrid merece espacios verdes que no solo sean modernos, sino también accesibles y acogedores para todos.