Madrid está repleta de rincones cargados de historia y uno de ellos es, sin duda, la Plaza del Biombo. Situada estratégicamente detrás de la Iglesia de San Nicolás de los Servitas, este lugar no solo es especial por su belleza y serenidad, sino también por su rica historia, la cual se remonta al siglo XVII, tal como se observa en el Plano de Texeira.
Historia y origen del nombre
La Plaza del Biombo debe su nombre a una curiosa historia relacionada con el desaparecido Convento de Constantinopla. Según las crónicas, la configuración de este lugar recordaba a un biombo, elemento que no solo daba nombre a la plaza sino también a la calle adyacente. Este peculiar nombre ha perdurado a través de los siglos, convirtiéndose en una parte integral de su identidad.
La Iglesia de San Nicolás de los Servitas
Esta iglesia, que flanquea la plaza, es considerada el templo más antiguo que aún se mantiene en pie en Madrid. Con su imponente torre mudéjar, la Iglesia de San Nicolás no solo es un testimonio del pasado medieval de la ciudad, sino que también ofrece un espacio de reflexión y paz a todos los que la visitan. Las calles que la rodean, como San Nicolás y Calderón de la Barca, son testimonio de la evolución arquitectónica y social de la zona a lo largo de los años.
Un lugar de encuentro y romance
La fuente de la Plaza del Biombo, aunque aparentemente solo una estructura más dentro del espacio, tiene una historia encantadora. En tiempos pasados, la plaza era un lugar popular entre las jóvenes que venían a lavar ropa y, por consiguiente, se convertía en un punto de encuentro para los jóvenes que buscaban cortejarlas. Esta práctica le otorgó a la fuente un rol similar al de las modernas discotecas, siendo un punto de encuentro para el romance y la socialización juvenil.
La Plaza del Biombo hoy
Hoy en día, la Plaza del Biombo sigue siendo un lugar que invita a la calma y al recogimiento. Aunque Madrid ha crecido y evolucionado, esta pequeña plaza mantiene un aire de tranquilidad que recuerda más a un pueblo que a una bulliciosa capital. Es un testimonio de la historia viviente, un lugar donde el pasado y el presente se encuentran.
Una visita recomendada
Si estás en Madrid y tu agenda te lo permite, te recomiendo encarecidamente que dediques un tiempo para visitar la Plaza del Biombo. Sentarte en uno de sus bancos te permitirá disfrutar no solo de la paz que ofrece este lugar, sino también de la rica historia que lo rodea. Es un excelente ejemplo de cómo los espacios urbanos pueden ser oasis de calma en medio de la vida citadina.
La Plaza del Biombo es más que un simple espacio físico en Madrid; es un lugar donde se entrelazan historias, arquitectura y tradiciones de siglos. Ya sea por su historia, la belleza arquitectónica de la iglesia de San Nicolás o simplemente por el deseo de experimentar la calma de un tiempo pasado, este rincón de Madrid ofrece a residentes y visitantes una ventana única a la rica tapestria cultural de la ciudad. Al visitarla, uno no solo se encuentra explorando una parte de la historia madrileña, sino también descubriendo un lugar que, a pesar de su proximidad al bullicio urbano, conserva su encanto y tranquilidad.