Después de 27 años de servicio y reconocimiento en el Paseo de Santa María de la Cabeza en Madrid, el restaurante El Buen Gusto cerrará sus puertas definitivamente el próximo 1 de julio. Este local no es solo conocido por su oferta gastronómica sino también por haber sido el restaurante preferido del rey emérito Juan Carlos I, lo que le valió el apodo de «el chino del Rey».
Una despedida marcada por la nostalgia
El Buen Gusto, más que un restaurante, se convirtió en un punto de referencia cultural y social en Madrid. Su cierre marca el fin de una era para los amantes de la comida china de alta calidad y para los seguidores de la historia y la vida social madrileña. La noticia del cierre se anunció a través de las redes sociales del establecimiento y mediante un cartel en la entrada, revelando que la razón detrás de esta decisión es la venta del edificio donde se ubicaba a un nuevo propietario.
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Historia de un ícono gastronómico
Desde su apertura, El Buen Gusto se distinguió por ofrecer auténtica comida tradicional de Wenzhou, una región conocida por sus platos ricos y elaborados con ingredientes de alta calidad como abulones y vieiras, importados directamente de Hong Kong. Esta dedicación por ofrecer productos de primera calidad y un servicio excepcional ayudó al restaurante a ganarse el corazón de los residentes locales, así como de la comunidad china en Madrid y visitantes de todos los rincones de la ciudad.
El restaurante de un rey
La fama del Buen Gusto tomó un giro nacional cuando en 2005 recibió la visita de Juan Carlos I. Desde ese momento, el restaurante no solo sirvió a los comensales en su local sino que también comenzó a enviar comida a la Zarzuela a pedido del propio rey. Este hecho catapultó a El Buen Gusto a un estatus casi legendario, convirtiéndolo en una parada obligada para aquellos curiosos por probar los platos que habían cautivado al paladar real. La imagen del rey degustando los platos del restaurante quedó inmortalizada en una fotografía que orgullosamente colgaba a la entrada del establecimiento.
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Un futuro incierto pero esperanzador
Aunque el futuro del Buen Gusto es incierto, el mensaje de despedida del restaurante deja una puerta abierta a la posibilidad de una nueva ubicación. La familia propietaria ha expresado su deseo de encontrar otro local donde puedan continuar con la tradición que han construido durante casi tres décadas. Esto ofrece un rayo de esperanza a los muchos clientes fieles que, a lo largo de los años, no solo se convirtieron en habituales del restaurante sino en amigos de la familia.
El impacto de un adiós
El cierre de El Buen Gusto no solo representa la pérdida de un excelente restaurante sino también el fin de un capítulo en la historia culinaria y social de Madrid. Los restaurantes, especialmente aquellos con una historia tan rica y una clientela tan diversa, son más que simples lugares de alimentación; son espacios donde se cruzan culturas, se forjan amistades y se viven experiencias memorables. El Buen Gusto será recordado no solo por sus sabores únicos sino también por el lugar especial que ocupó en la vida de muchos madrileños y visitantes de todas partes.
En definitiva, mientras las puertas de El Buen Gusto se preparan para cerrar, las historias y los recuerdos creados detrás de ellas perdurarán, esperando ser revividos en un nuevo hogar, donde la tradición de buena comida y buenos momentos pueda continuar.