El arte tiene la capacidad de trascender el tiempo y las generaciones, y la figura de Rosario de Velasco, pintora destacada de la Generación del 27 y miembro de las Sinsombrero, es un claro ejemplo de ello. Después de décadas en las sombras, su obra vuelve a brillar gracias a una exposición en el Museo Thyssen-Bornemisza, un evento que no solo recupera sino que celebra su aporte a la historia del arte español.
Una artista redescubierta
Rosario de Velasco ha dejado una huella imborrable en la historia de la pintura a través de su prolífica carrera y su participación en movimientos significativos de su época. Su vida y obra reflejan no solo un talento excepcional sino también la complejidad de su contexto histórico y social.
Orígenes y formación artística
Nacida en el seno de una familia de fuerte arraigo militar y religioso, Rosario de Velasco inició su camino en el arte bajo la influencia de su distinguido maestro, Fernando Álvarez de Sotomayor, un nombre prominente en el regionalismo gallego y dos veces director del Museo del Prado. Este mentor introdujo a Velasco en las técnicas del clasicismo, estudios que dejaron una marca indeleble en su estilo y en su aproximación al arte.
Primeros éxitos y reconocimientos
Velasco comenzó a destacar en el ámbito artístico nacional desde muy joven. Su participación en la Exposición Nacional de Bellas Artes en 1924, con obras como Vieja segoviana y El chico del cacharro, marcó el inicio de una serie de reconocimientos que consolidarían su carrera. En 1932, su obra Adán y Eva obtuvo la segunda medalla en la misma exposición, destacando su habilidad para sintetizar el clasicismo con una sensibilidad moderna, en lo que se conoce como el «retorno al orden».
El impacto de la guerra y el exilio
La Guerra Civil Española representó un punto de inflexión en su vida y obra. El conflicto la llevó a refugiarse en Barcelona, donde contrajo matrimonio y comenzó una nueva vida. A pesar de las adversidades, Velasco continuó su labor artística, colaborando con revistas y exponiendo en importantes galerías y eventos culturales. Su capacidad para mantenerse activa en el panorama artístico, incluso en tiempos de guerra, es testimonio de su resiliencia y compromiso con el arte.
Contribuciones en el periodo de posguerra
Tras la guerra, Velasco se mantuvo activa en la escena artística de Barcelona, rodeada de intelectuales y artistas. Aunque su estilo evolucionó hacia una figuración más abstracta, nunca abandonó completamente el clasicismo que la caracterizó en sus inicios. Esta transición se refleja en obras como La casa roja, que combina transparencias y perfiles desdibujados para explorar nuevas formas de expresión visual.
Legado y reconocimiento tardío
La inclusión de Rosario de Velasco en la exposición colectiva Dibujantas, pioneras de la Ilustración en el Museo ABC en 2019, es un reconocimiento tardío pero significativo de su contribución al arte español. Como miembro de la Generación de las Sinsombrero, su obra no solo refleja su maestría técnica sino también su lucha por hacerse un lugar en un mundo artístico dominado por hombres.
Rosario de Velasco no solo fue una artista de gran talento sino también una figura que navegó y reflejó los cambios sociales y políticos de su tiempo. Su obra sigue siendo un testimonio vibrante de la historia cultural de España y de la capacidad del arte para capturar y trascender las circunstancias históricas.
El impacto de la guerra y el olvido
Sin embargo, la Guerra Civil marcó un antes y un después en su vida y carrera. A pesar de su éxito previo, el conflicto y sus consecuencias empujaron su legado al olvido. Velasco se trasladó a Barcelona tras la guerra, donde su arte evolucionó hacia la abstracción, alejándose de los gustos predominantes de la época franquista. Esta transición, sumada a la falta de un marchante que gestionara su obra, contribuyó a su gradual desaparición de la esfera pública.
Una campaña en redes y un rescate cultural
La historia de Velasco podría haber terminado ahí, de no ser por un llamado en redes sociales que capturó la imaginación y el interés del público y de los expertos. Este esfuerzo colectivo condujo al descubrimiento de cerca de 400 obras, dispersas en colecciones privadas y museos de todo el mundo. La movilización demostró el poder de la comunidad digital para alterar el curso de la historia del arte.
La exposición: un homenaje a su carrera
La exposición en el Thyssen no solo reúne muchas de estas obras rescatadas sino que también ofrece una visión comprensiva de su evolución artística. Desde los intensos retratos y maternidades hasta sus enigmáticas escenas de carnaval, cada pieza revela la destreza y profundidad de una artista comprometida tanto con su tiempo como con su legado. Particularmente destacable es su lienzo «Adán y Eva», una obra que desafía las perspectivas tradicionales con una Eva dominante sobre un Adán pasivo, reflejando tal vez las luchas propias de Velasco en un mundo artístico dominado por hombres.
El significado de su obra hoy
Esta retrospectiva no solo redescubre la obra olvidada de Velasco, sino que también contextualiza su importancia dentro de los movimientos artísticos de su tiempo, como la «vuelta al orden» post-vanguardista. Su habilidad para entrelazar la modernidad con el clasicismo la coloca como una figura central en el arte español del siglo XX, una artista cuyo legado es tan relevante hoy como lo fue en su tiempo.
Mirando hacia el futuro
El éxito de la exposición en el Thyssen ha abierto la puerta a futuras investigaciones y exhibiciones, prometiendo no solo preservar sino también expandir el reconocimiento de Rosario de Velasco en la historia del arte. La iniciativa ha establecido un precedente para cómo las redes sociales y la colaboración cultural pueden descubrir y revitalizar figuras artísticas que fueron injustamente olvidadas. Con su vida y obra ahora expuestas al público, Velasco no solo recupera su lugar en la historia, sino que también ofrece inspiración para futuras generaciones de artistas y amantes del arte que buscan entender la complejidad del legado artístico español.
Del 18 de junio al 1 de julio y del 1 al 15 de septiembre:
- Lunes: 12:00 – 16:00.
- De martes a viernes y domingo: 10:00 – 19:00.
- Sábado 22 de junio: 10:00 – 19:00 y de 21:00 a 23:00*.
- Sábado 29 de junio de 10:00 a 23:00*
Del 2 de julio al 31 de agosto:
- Lunes: 12:00 – 16:00.
- De martes a viernes: 10:00 – 21:00.
- Sábado: 10:00 – 23:00*.
- Domingo: 10:00 – 19:00.*Acceso gratuito de 21:00 a 23:00 gracias a la colaboración de Uniqlo.