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Una noche de viernes en Chez Pepito: cuando un bocata se convierte en planazo

Entrar en Chez Pepito un viernes por la noche es como cruzar el umbral de una taberna castiza con alma moderna. No es solo un restaurante, ni un bar al uso, ni un sitio más para “picotear algo”. Es una experiencia que, desde el primer bocado, te recuerda que lo sencillo, cuando se hace bien, no necesita disfraces.

Acudimos al nuevo local de la calle del Buen Suceso, número 20, con ganas de comprobar si tanta fama tenía fundamento. Y vaya si lo tiene. Este tercer Chez Pepito ha aterrizado en Moncloa con el mismo espíritu que sus hermanos mayores: ambiente desenfadado, atención cercana y una carta que pone en valor lo que mejor sabemos hacer por aquí… bocatas y tapeo con gracia.

chez pepito C. del Cardenal Cisneros, 66, Chamberí, 28010 Madrid chez pepito

El ambiente: castizo, relajado y con chispa

Al cruzar la puerta, el bullicio no agobia. Al contrario, envuelve. La mezcla de mesas altas y bajas, la barra bien nutrida, los dibujos de @colorpomelo en las paredes y una iluminación cálida que invita a quedarse son solo el principio.

Hay risas, brindis, platos que salen sin parar y camareros que se mueven con soltura. El ritmo es ágil, pero sin atropellos. Se nota que la propuesta está pensada para que disfrutes sin complicaciones. Todo fluye con naturalidad.

chez pepito C. del Cardenal Cisneros, 66, Chamberí, 28010 Madrid chez pepito

La carta: el pepito como excusa, el disfrute como objetivo

Chez Pepito gira en torno a un clásico reinventado: el pepito de ternera. Pero este no es el bocata seco de pan blanco que uno recuerda de la infancia. Aquí estamos hablando de carne de vaca vieja madurada, baguette crujiente, confitura de tomate casera, salsa dijonnaise, parmesano y un toque de rúcula. El resultado es una bomba de sabor bien equilibrada.

Pedimos, cómo no, el pepito Chez Pepito. Acompañado por unas patatas bravas con alioli y chili crispi que rozan la perfección. Crujientes por fuera, suaves por dentro, con una salsa picante que engancha desde el primer bocado.

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También cayó un brioche de carrillera con mayonesa picante y hierbabuena. Otro de esos platos que, si te descuidas, no llegas ni a hacer la foto. Jugoso, meloso, sabroso. Perfecto para los que quieren salirse del guion sin renunciar al “comfort food”.

Y como estábamos en plan de picoteo compartido, no faltaron las gildas, esos pinchos de aceituna, anchoa y piparra que aquí saben a taberna del norte. Ni tampoco la ensaladilla Pepito, servida con cariño y con todo lo que se espera de una buena ensaladilla madrileña.

chez pepito C. del Cardenal Cisneros, 66, Chamberí, 28010 Madrid chez pepito

La bebida: una selección que acompaña

En cuanto a bebidas, Chez Pepito no se complica pero acierta. Cuentan con una selección cuidada de cervezas artesanas y vinos nacionales, lo justo para que cada uno encuentre su maridaje sin perderse en una carta interminable. Nosotros optamos por una copa de Rioja joven y una IPA fresca que casaron de maravilla con los platos.

El precio: justo, honesto y sin sustos

La cuenta llegó con una sonrisa del camarero. Nada que reprochar: entorno a 22 euros por persona, con comida abundante, bebida y postre. En tiempos de cartas infladas y locales con más diseño que sustancia, Chez Pepito ofrece un precio que no duele. De hecho, sales con la sensación de haber comido mucho mejor de lo que pagaste.

chez pepito C. del Cardenal Cisneros, 66, Chamberí, 28010 Madrid chez pepito

Lo mejor: una filosofía que engancha

Chez Pepito tiene claro lo que quiere ser. Una taberna con identidad, sin pretensiones, donde el ambiente acompaña y la comida se recuerda. Han sabido detectar un hueco entre tanto restaurante “de concepto” y tanto gastrobar clónico. Aquí se come bocata, pero uno con personalidad, con técnica y con cariño.

Y eso se nota también en los detalles. En la música que suena de fondo, en las camisetas ilustradas del equipo, en los carteles hechos a mano, en la manera en que te atienden sin tratar de impresionarte. Simplemente te hacen sentir cómodo. Y eso, en Madrid, vale oro.

chez pepito C. del Cardenal Cisneros, 66, Chamberí, 28010 Madrid chez pepito

¿Repetiremos? Sin duda

Chez Pepito no es un sitio al que se va una vez y ya. Es el típico lugar que recomiendas, al que llevas a tus amigos de fuera, al que acudes cuando no sabes dónde ir pero sabes que quieres comer bien. Tiene alma, tiene producto y tiene plan. Y eso, un viernes por la noche en Madrid, es todo lo que uno necesita.