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Los vecinos del barrio de Usera lanzan las ‘No Limpiadas’

En el barrio madrileño de Moscardó, ubicado en el distrito de Usera, los vecinos están hartos de convivir con la basura. La situación ha llegado a tal extremo que han decidido tomar medidas creativas para visibilizar un problema que consideran «indecente». La Asociación Vecinal Barrio de Moscardó ha lanzado las «No Limpiadas», una parodia de los Juegos Olímpicos que denuncia el deplorable estado de las calles. Esta iniciativa busca captar la atención del Ayuntamiento y motivar a los residentes a mejorar la limpieza de su entorno.

Vecinos de Usera lanzan las 'No Limpiadas'

Una protesta ingeniosa que refleja una realidad alarmante

Mientras los atletas en París compiten por medallas en disciplinas deportivas tradicionales, en Usera, los vecinos han ideado su propia versión de los Juegos Olímpicos, con un giro sarcástico. El «watersolo», los «100 metros caca» y el «lanzamiento de so guarrina» son solo algunas de las disciplinas que forman parte de las «No Limpiadas». Mediante carteles colocados en las zonas más afectadas y una activa difusión en redes sociales, los residentes han querido llamar la atención sobre una realidad que consideran insostenible.

Mariángeles Rivera, socia de la Asociación Vecinal, explica que las «No Limpiadas» no son solo una protesta, sino un grito desesperado. «El olor es insoportable, las moscas y ratas campan a sus anchas. No podemos seguir viviendo así», afirma. Las imágenes compartidas por los vecinos muestran escenas que parecen sacadas de una película de humor absurdo, pero que reflejan la cruda realidad que enfrentan diariamente: retretes abandonados en plena calle, montones de cartón apilados alrededor de contenedores vacíos y huesos de pollo esparcidos por el suelo.

Medallas para los más «guarros» y un barrio que no se rinde

Carlos Sanz, presidente de la Asociación, comenta con ironía que se han creado «medallas para los más guarros», elaboradas con tapas de latas de atún, para destacar el comportamiento incívico de algunos vecinos. «Es ilógico ver contenedores vacíos y la basura tirada al lado», lamenta. Sanz relata que en más de una ocasión ha tenido que enfrentarse a personas que, al ser reprendidas por no tirar la basura correctamente, han reaccionado de forma violenta. «Al final, muchos prefieren no decir nada para evitar problemas», añade.

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Otro miembro destacado de la Asociación, Fernando Reyte, de 73 años, no oculta su frustración. «Siempre he amado este barrio, pero ahora es difícil vivir aquí», comenta. Reyte ha identificado lo que llama «puntos conflictivos», áreas donde la acumulación de basura es más notoria. En abril, lideró la «ruta de la caca», un recorrido que señalaba estos lugares, y que ha sido retomado tras las «No Limpiadas». El objetivo es evidenciar no solo el incivismo de algunos, sino también la falta de acción por parte de las autoridades.

Una lucha constante por la dignidad del barrio

Las «No Limpiadas» son la tercera gran acción de protesta organizada por la Asociación Vecinal Barrio de Moscardó desde su creación en 2018. A pesar de sus esfuerzos, Reyte insiste en que la situación «no ha mejorado». Antes de esta iniciativa, la asociación había lanzado la «ruta de la caca», una acción menos mediática que buscaba evaluar la respuesta de los vecinos y autoridades. Anteriormente, en 2018, llevaron a cabo «Warripop», una campaña en la que un vecino simulaba vender una bolsa de basura a modo de crítica.

El problema de la suciedad en las calles de Usera no es nuevo. El Ayuntamiento de Madrid, a través del área de Urbanismo, Medioambiente y Movilidad, anunció en el primer trimestre del año un plan de limpieza que incluía la creación de una mesa de trabajo con la participación de los vecinos y la activación de una decena de medidas. Según datos del Ayuntamiento, este plan ha logrado reducir el número de quejas por parte de los residentes, pasando de 188 entre septiembre y diciembre del año pasado a 68 entre enero y abril de este año.

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Sin embargo, los vecinos consideran que estas acciones no han sido suficientes. Xus García, otra residente del barrio, expresa su frustración con el Ayuntamiento. «Yo ya no paseo por aquí, es asqueroso», comenta, explicando que prefiere «huir» del barrio en sus momentos de ocio para evitar la suciedad. García también hace un llamado a la empatía, sugiriendo que los responsables de la limpieza deberían experimentar lo que es vivir con la basura debajo de sus casas.

Un barrio que no se da por vencido

A pesar de la situación, los vecinos de Moscardó no pierden la esperanza. La Asociación Vecinal promete «seguir luchando» por el bienestar de Usera, un distrito que se resiste a aceptar la suciedad como parte de su identidad. «No queremos que nuestros hijos crezcan rodeados de basura», declara Fernando Reyte, con la firmeza de quien está dispuesto a hacer lo necesario para mejorar la calidad de vida en su comunidad.

Las «No Limpiadas» pueden parecer una iniciativa humorística, pero detrás de ellas hay un mensaje claro: los vecinos de Usera no aceptan la dejadez y están dispuestos a luchar por un barrio limpio y digno. La creatividad y el sentido del humor que han mostrado con esta protesta son un reflejo de su resiliencia y su deseo de cambio. Ahora, la pelota está en el tejado del Ayuntamiento, que deberá demostrar que está comprometido con la limpieza y el bienestar de todos los madrileños.