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El arte de los villancicos escolares: tradición y talento en Madrid

Madrid vibró con las voces de más de 1.850 estudiantes que participaron en la XXXI edición de los Certámenes Escolares de Villancicos. Este evento, celebrado en la Sala de Cámara del Auditorio Nacional de Música, representa un compromiso sólido del Ayuntamiento con la promoción del talento artístico y la preservación de las tradiciones navideñas. La gala final de 2024 dejó claro que, más allá de la música, este certamen fomenta valores como la disciplina, el trabajo en equipo y el esfuerzo colectivo.

El arte de los villancicos escolares

©MIGUEL BERROCAL

La magia de la música en la educación

Este año, 48 centros educativos de Educación Primaria y Secundaria participaron en el certamen, consolidando su papel como una herramienta fundamental para la formación integral de los alumnos. Los estudiantes no solo desarrollaron sus habilidades artísticas, sino que también experimentaron la emoción de interpretar en un escenario profesional. La música, como eje principal del evento, se presenta como un vehículo para transmitir valores y unir a la comunidad educativa.

La magia musical de la Navidad se apodera de Madrid

La gala contó con la presencia de José Fernández, delegado de Políticas Sociales, Familia e Igualdad, quien destacó la importancia de ofrecer a los estudiantes espacios donde puedan explorar su creatividad. Según Fernández, iniciativas como esta demuestran que “la Navidad no se entiende sin música, y menos sin las voces de nuestros jóvenes, que la acercan con tanta emoción y belleza”.

Un reconocimiento al esfuerzo colectivo

El certamen premió a los coros más destacados en dos categorías: Primaria y Secundaria. En la primera, el Colegio Nuestra Señora del Lucero (Latina) obtuvo el primer lugar, mientras que el segundo y tercer puesto fueron para los colegios Gonzalo Fernández de Córdoba (Latina) y Jesús Maestro (Chamberí), respectivamente.

En la categoría de Secundaria, el Instituto Lope de Vega (Centro) se alzó con el primer premio, seguido por el Instituto Mirasierra (Fuencarral) y el Colegio Santa Francisca Javier Cabrini (Hortaleza). Además, tanto en Primaria como en Secundaria, se otorgaron menciones especiales a colegios e institutos que destacaron por su calidad artística y directores que brillaron por su liderazgo.

Más allá de los villancicos: un programa integral

El certamen de villancicos forma parte de un programa más amplio enmarcado en ‘Madrid, un libro abierto’, que este año celebra su 40 aniversario. Esta iniciativa no solo abarca música, sino que incluye disciplinas como teatro, poesía y artes plásticas. En octubre, 63 centros educativos participaron en la gala de premiación de estas áreas, donde más de 950 estudiantes mostraron su talento.

El programa ha sido una pieza clave en la renovación pedagógica, ofreciendo actividades complementarias en horario lectivo. Desde recorridos históricos hasta visitas a museos y experiencias en la naturaleza, estas propuestas enriquecen la educación y fomentan la creatividad.

Tradición y modernidad en perfecta armonía

Desde su inicio en 1993, los Certámenes Escolares de Villancicos han evolucionado, pero siempre han mantenido su esencia: preservar las tradiciones culturales de Madrid mientras se impulsa el talento joven. La oportunidad de cantar en un recinto tan emblemático como el Auditorio Nacional no solo motiva a los estudiantes, sino que también refuerza su confianza y amor por el arte.

El éxito de esta edición no sería posible sin el apoyo del Ayuntamiento, que destinó un total de 40.000 euros en premios, distribuidos entre las diferentes categorías. Este respaldo económico asegura que más centros puedan participar y que se sigan impulsando proyectos educativos de calidad.

La educación artística como motor de cambio

En un mundo cada vez más enfocado en la tecnología y las habilidades técnicas, el arte sigue siendo un pilar esencial para el desarrollo integral de los jóvenes. Los Certámenes Escolares de Villancicos son un recordatorio de que la cultura tiene un poder transformador, capaz de unir a comunidades y formar ciudadanos más sensibles y comprometidos.

Al escuchar a los coros interpretando villancicos tradicionales y piezas originales, el público no solo disfrutó de la música, sino que también fue testigo del enorme potencial de estos jóvenes talentos.