Madrid ha intensificado sus esfuerzos para preservar la biodiversidad y proteger sus ecosistemas naturales en el Parque Regional del Sureste, donde en los últimos dos años se han retirado más de 400 ejemplares de especies invasoras que ponen en peligro el equilibrio natural de la fauna y flora locales. La Comunidad de Madrid, en un proyecto encabezado por la Consejería de Medio Ambiente, ha llevado a cabo esta labor de extracción que incluye tortugas invasoras, visones y cangrejos, entre otras especies exóticas. Estas acciones buscan reducir el impacto de estas especies no autóctonas, que amenazan la supervivencia de las especies locales al competir con ellas por espacio y recursos alimenticios.
El esfuerzo tiene como objetivo no solo proteger la fauna y flora propias de la región, sino también restaurar y mantener un ecosistema saludable. Para ello, la comunidad ha destinado más de 400.000 euros a la restauración y conservación de la laguna de El Campillo, situada en Rivas Vaciamadrid. Este enclave natural, incluido en el Catálogo de Embalses y Humedales de la Comunidad y en la Red Natura 2000, ha sido escenario de diversas intervenciones para adaptarse mejor a las necesidades de la fauna local.
Un proceso de extracción y conservación
Uno de los objetivos principales del proyecto es la extracción de especies invasoras, como el galápago de Florida, una tortuga más grande y agresiva que compite con el galápago europeo, una especie en peligro de extinción. Para la captura de estos galápagos se utiliza una trampa flotante que permite atrapar a los ejemplares sin dañarlos. Posteriormente, los animales son trasladados al Centro Regional de Animales Silvestres (CRAS) de Tres Cantos, donde se les realiza un estudio y catalogación antes de decidir su destino.
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Además de las tortugas, se han capturado otras especies exóticas como mapaches, visones americanos y cangrejos rojos, cuya liberación en la naturaleza, tanto de forma intencionada como accidental, representa un peligro para la diversidad y el equilibrio ecológico de los humedales. El control de estas especies invasoras permite que las poblaciones nativas se consoliden y se mantengan en un hábitat seguro, favoreciendo la preservación de la biodiversidad en el entorno natural de Madrid.
Restauración de un hábitat para la biodiversidad
Además de la extracción de especies, el proyecto ha incluido labores de dragado y reconfiguración topográfica en la laguna para mejorar el hábitat de las especies nativas y preparar la reintroducción de algunas que han desaparecido en la zona, como el galápago europeo. Este espacio es un enclave de gran valor ecológico, ya que cuenta con un hábitat propicio para diversas especies de aves y mamíferos, y forma parte de una red de protección de áreas húmedas en la región de Madrid.
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Las intervenciones también han incluido la creación de un observatorio de aves, la mejora de un embarcadero y la habilitación de senderos y señalización para uso público. La laguna ahora cuenta con una isla artificial con nidos para especies como murciélagos, autillos y mariposas, además de espacios específicos para polinizadores.