El origen de un símbolo madrileño
El Edificio Capitol, conocido anteriormente como Edificio Carrión, es uno de esos sitios que roban miradas en Madrid. Ubicado en la Gran Vía, justo en la esquina con Jacometrezo, este imponente edificio destaca por su arquitectura expresionista y su historia fascinante que evoca sabores del pasado y del presente.
Proyectado entre 1931 y 1933 por los arquitectos Luis Martínez-Feduchi y Vicente Eced y Eced, el Capitol se erige como un testimonio de innovación y modernidad. Enrique Carrión y Vecín, marqués de Melín, fue el promotor de este audaz proyecto, que además de sorprender por su estilo, hace gala de una utilitaria combinación de espacios que incluyen cines, tiendas, hotel, y ese famoso anuncio de Schweppes que es imposible ignorar.
La arquitectura: un guiño al modernismo
Este edificio de catorce plantas es una oda al art déco, aunque también integra toques expresionistas que le otorgan un carácter único en la capital española. Lo más notable de este coloso urbanístico durante su época de construcción fueron las vigas de hormigón tipo Vierendeel y las precavidas telas ignífugas, sin olvidar un sistema de refrigeración centralizado, pionero en Madrid, que abarcaba toda una planta. Con razón, el edificio recibió importantes distinciones, como el Premio Ayuntamiento de 1933.
La edificación se completó en solo 30 meses, un logro impresionante considerando que la nación atravesaba un periodo económico complicado. Y es que poner en pie un edificio multifacético y complejo como este, con un solar de más de 1300 metros cuadrados, no era tarea sencilla.
Un espacio multiuso y moderno
Originalmente, el Capitol no solo albergaba 64 apartamentos, sino también un hotel, cafeterías, salas de fiestas, bares, y una fábrica de agua de Seltz. En su base, los cines Capitol contaban con un aforo que casi alcanzaba los 2000 espectadores, aunque hoy se han adaptado en varias salas más pequeñas.
Durante la Guerra Civil Española, como gran parte de los edificios altos en Madrid, el Capitol sirvió de observatorio para sus defensores. Y es que su posición privilegiada lo convertía en un ventajoso punto de vigía.
Renovación y legado cultural
En 2007, bajo la batuta del arquitecto Rafael de la Hoz, se realizó una renovación completa del edificio, un verdadero lifting arquitectónico que respetó su esencia mientras eliminaba la mayoría de los anuncios publicitarios, dejando cebeciales como el de Schweppes. Su azotea también presume un anuncio de Vodafone, manteniendo el toque vanguardista que tanto caracteriza a esta estructura.
Fue en 2018 cuando el Capitol recibió la mención de Bien de Interés Cultural por la Comunidad de Madrid, un reconocimiento completamente merecido por su estilo y su rol icónico en la Gran Vía.
En la cultura y más allá
Hoy, el Edificio Capitol es más que ladrillos y cemento: es un ícono cultural. Inmortalizado en películas como “El día de la bestia” de Álex de la Iglesia, su perfil se ha entrelazado con la estética y cultura populares madrileñas. Quién diría que un edificio concebido en tiempos de incertidumbre se convertiría en un emblema de progreso y modernidad.
El edificio Capitol no es simplemente una joya arquitectónica. Es parte del alma de Madrid, latente y reluciente, siempre vigilante sobre el bullicio de la Gran Vía. Con su profunda historia, su arquitectura audaz y su presencia indiscutible en momentos clave de la cultura popular, el Capitol representa un viaje visual y emocional que ningún amante de la ciudad se querría perder.
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