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El fenómeno de los desguaces en Madrid que no deja de crecer

Cambiar una aleta o un paragolpes puede convertirse en un gasto enorme si se opta por piezas nuevas. En un momento donde los precios suben y la inflación aprieta, muchos madrileños han encontrado en los desguaces una salida para mantener su coche en buen estado sin dejarse el sueldo en el taller.

Cada vez más conductores se decantan por recorrer las naves llenas de coches fuera de uso en busca de esa pieza que necesitan. Y no es casualidad. Comprar una pieza de segunda mano puede suponer un ahorro de entre el 40% y el 60% respecto al precio original. A veces incluso más si se trata de componentes caros como faros de xenón o motores de alta gama.

En Madrid, el fenómeno del desguace Madrid no deja de crecer, con cada vez más personas que, ante una avería, prefieren buscar la pieza usada antes que invertir una fortuna en una nueva.

desguace en madrid

Un mercado impulsado por la economía y la necesidad

La razón principal por la que los madrileños recurren a los desguaces es clara: el precio. En un contexto donde la inflación golpea con fuerza y el coste de la vida se dispara, ahorrar en la reparación del coche se ha convertido en una prioridad.

Muchos conductores aseguran que prefieren una pieza usada en buen estado antes que pagar el doble o el triple por una nueva. Y no les falta razón. Un faro que nuevo puede costar hasta 800 euros, en un desguace se encuentra por menos de 150. En el caso de un motor, la diferencia es aún más brutal: mientras uno nuevo puede superar los 10.000 euros, uno seminuevo apenas alcanza los 2.000.

Además, no se trata solo de ahorrar. Muchos modelos antiguos ya no tienen piezas nuevas disponibles, por lo que acudir a uno de los múltiples desguaces Madrid repartidos por toda la región se convierte en la única opción viable.

Piezas más demandadas y tendencias estacionales

No todo se vende igual. Las piezas más buscadas suelen ser las de chapa, los faros, los turbos, las cajas de cambios y los motores. En verano, los compresores de aire acondicionado son los reyes de las ventas. En invierno, en cambio, vuelven a reinar los faros y las piezas de carrocería.

Algunos conductores buscan piezas muy concretas, como despieces de Skoda, especialmente porque algunas marcas tienen componentes más caros o difíciles de encontrar nuevos.

A pesar de esta constante necesidad, los propios responsables de los centros de reciclaje admiten un problema creciente: faltan coches para desguazar. La entrada de vehículos fuera de uso ha caído de forma alarmante, hasta un 30% en algunos centros. Esta caída provoca un efecto dominó: menos coches desguazados significa menos piezas disponibles.

Menos coches nuevos, más coches viejos

La causa principal de esta escasez es que cada vez se venden menos coches nuevos. Desde 2021, la venta de turismos nuevos en España ha caído en picado, afectada por la crisis de semiconductores, la incertidumbre económica y la subida de precios generalizada.

El resultado es evidente: los conductores optan por conservar sus vehículos más años. De hecho, la edad media del parque móvil en España supera ya los 13 años, y en algunas provincias roza los 17 años. Esto significa más averías, más necesidad de repuestos… pero también menos coches para los desguaces.

No es raro ver a clientes que buscan piezas específicas como un motor Seat Ibiza de segunda mano, conscientes de que su vehículo aún puede tener muchos kilómetros por delante si se le realiza el mantenimiento adecuado.

Muchos propietarios, en lugar de dar de baja su vehículo, prefieren venderlo a conocidos o familiares. Aunque el precio sea bajo, siguen obteniendo más dinero que el que podrían recibir en un desguace, donde además hay que descontar los costes de gestión y traslado.

La conciencia ambiental también juega su papel

No todo se mueve únicamente por el precio. Cada vez más clientes acuden a los desguaces por motivos ecológicos. Apostar por una pieza reciclada contribuye a la economía circular y evita el gasto de recursos que implica fabricar una pieza nueva.

La reutilización de componentes no solo es una cuestión de ahorro, sino también de sostenibilidad. Reciclar piezas ayuda a reducir las emisiones de CO₂ y el consumo de materias primas. Un pequeño gesto que suma mucho en el contexto de emergencia climática en el que vivimos.

Una tendencia que no parece tener freno

La situación actual, con menos coches nuevos en circulación y una población cada vez más concienciada en el ahorro y la sostenibilidad, hace pensar que el auge de los desguaces en Madrid continuará en los próximos años.

Sin embargo, los propios centros de reciclaje automovilístico advierten: necesitan más vehículos para poder seguir satisfaciendo la creciente demanda. Sin un flujo constante de coches dados de baja, el sector podría verse saturado en poco tiempo, con listas de espera para determinadas piezas y precios que podrían dejar de ser tan competitivos.

En todo caso, por ahora, para quienes necesitan reparar su vehículo sin hipotecarse en el intento, los desguaces siguen siendo la mejor opción en Madrid.