En el corazón de Madrid, la antigua estación de Delicias se convierte en el escenario de una nostálgica exposición. Conmemora el sexagésimo aniversario del rodaje de la emblemática película Doctor Zhivago. Este evento no solo destaca la película en sí, sino las fascinantes historias ocultas detrás de su producción, grabada en gran parte en tierras españolas.
Un recorrido visual por un clásico del cine
La exposición sorprende a los visitantes con fotografías en gran formato, muchas de ellas nunca antes vistas, tomadas durante la filmación en la estación de Delicias y en otras localizaciones de Madrid como el barrio de Canillas. Se transporta así a los asistentes al verano de 1965, cuando esta estación madrileña hizo las veces de la estación moscovita. Pero eso no es todo; los entusiastas del cine también podrán descubrir documentos publicitarios, recortes de prensa de la época y correspondencia de Miguel Delibes con la productora Metro-Goldwyn-Mayer, quien supervisó la adaptación de los diálogos al castellano.
Además, un interesante vídeo complementa la exposición con los testimonios de personajes clave como Víctor Matellano y Jesús Marchamalo. Revelan sus experiencias personales y anécdotas del rodaje, haciendo de la muestra una experiencia única para los fans de la película.
La magia de crear Moscú en Madrid
Quien examine de cerca el rodaje de *Doctor Zhivago* descubrirá la revolucionaria habilidad de los creadores al convertir el barrio madrileño de Canillas en una impresionante representación de Moscú. Allí, se erigió una réplica imponente de 40.468 metros cuadrados con calles adoquinadas, vías de tren, una réplica del Kremlin y una plaza gigante, todo diseñado para engañar a los ojos más inquisitivos.
La estación de Delicias, hoy sede del museo, se transformó en la estación moscovita donde Zhivago le da la bienvenida a su prometida Tonya, interpretada por Geraldine Chaplin. Con un vestuario a la última moda parisina, la estación cobraba vida gracias a los trenes aportados por RENFE, que dejaron su marca en el set.
La experiencia de filmar en España
El 90% de la película fue filmada en España. Localidades como Segovia, Guadalajara y Soria se convirtieron en el telón de fondo del drama de Zhivago. Sin embargo, el rodaje en tierras españolas no estuvo exento de retos. Cuando la nieve se negó a aparecer, el ingenio del equipo salió a relucir. Polvos de mármol, sal, sábanas y cera de velas se combinaron para crear la apariencia de nieve que cubriría el palacio de Varykino, escenario clave del film.
Mientras tanto, la labor de los cineastas y el talento local no pasó desapercibido. Desde el director de arte Gil Parrondo hasta el atrezista Julián Mateos, los profesionales españoles desempeñaron un papel crucial en el éxito de esta producción. Sin embargo, en un giro irónico, muchos de ellos quedaron fuera de los créditos finales.
Más allá del set: historias y anécdotas
El rodaje de *Doctor Zhivago* está lleno de historias intrigantes. Una de ellas relata cómo David Lean insistió en usar maletas de Loewe para mantener el realismo en pantalla. Phyllis Dalton, encargada del vestuario, tuvo la ardua tarea de vestir a los extras con capas de ropa en pleno verano.
El método del director, conocido por su estilo preciso y meticuloso, casi lleva a Omar Sharif al borde del colapso emocional durante el rodaje. La presión por lograr una obra maestra no solo cayó sobre los hombros de los actores, sino que también se extendió sobre el equipo técnico y administrativo cuando la MGM intervino por el gasto excesivo del proyecto.
Un legado que trasciende el tiempo
La influencia de *Doctor Zhivago* va más allá de la gran pantalla. El clásico alcanzó notoriedad en el mundo de la moda cuando diseñadores internacionales como Yves Saint Laurent adoptaron el estilo del film. Desde los cascos de piel hasta las botas altas, el look Zhivago dominó la estética de finales de los 60.
Así, la exposición en el museo del ferrocarril no solo celebra una película, sino que resalta la rica conexión entre Madrid y Hollywood. Los años dorados del cine en España se reviven con cada imagen y anécdota, invitando a los visitantes a sumergirse en el fascinante mundo del cine clásico.