Rubén Guinda es guionista y director de cine de la productora madrileña, Sinapsis Films. Con él hablamos, entre otros temas, de un curioso encuentro entre Chicho Ibáñez Serrador, Steven Spielberg y Pilar Miró en el Festival de Cine de Montecarlo.
Haces cine, ¿por qué?
Buena pregunta, así de primeras. Supongo que por esa necesidad de querer contar algunas historias que tengo en la cabeza. Por esa gratitud que te otorga el trabajo en equipo cuando en un rodaje todo sale bien. Incluso cuando todo sale mal y todo el mundo busca una solución. Porque disfruto mucho del proceso de creación y de darle forma a todo desde una idea hasta el resultado final. No sé, creo que te podría decir mil cosas, pero principalmente porque creo que todavía quedan muchas historias que merecen ser contadas.
¿Qué te llevó a imaginar un encuentro entre Chicho Ibáñez Serrador, Pilar Miró y Steven Spielberg en el Festival de Montecarlo de 1967?
Era agosto de 2022. Estaba en Suecia en un hotel la noche de antes de ir a una gala donde estábamos nominados en cuatro categorías, y no me podía dormir de los nervios.
Acabé viendo un especial de Sensacine sobre Chicho Ibáñez Serrador donde contaban esa anécdota así como por encima y a mí personalmente me dejo completamente absorto y esa misma noche escribí el primer boceto de guion.
¿Existe alguna base real para esta historia o es una ficción especulativa?
Estuve meses trabajando en el proyecto sin ni siquiera saber si esa anécdota tenía algo de cierto, pero después de mucho tiempo de investigación y de muchas horas buceando en el archivo de televisión española, encontré una entrevista de Chicho contando la historia con todo lujo de detalles. Ya no había dudas, había que hacer esto.
El proyecto ha sido descrito como un homenaje al séptimo arte. ¿Qué aspectos del cine de esa época buscas destacar o reivindicar en Montecarlo 67?
Pues quiero intentar buscar mucha naturalidad en los diálogos. Una realización más clásica y pausada de las que he llevado a cabo anteriormente, donde reine más la propia historia y menos lo técnico por así decirlo.
Quiero hacer un juego de ‘metacine’ con el espectador que espero que sea muy divertido e interesante. Y sobre todo lo que queremos hablar es de algo vital, de la competitividad en el mundo del cine, y de no tirar la toalla.
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La campaña de crowdfunding ofrece la posibilidad de que los mecenas participen como figurantes. ¿Cómo surgió la idea de involucrar al público de esta manera en el proceso creativo?
Esta es nuestra cuarta campaña de crowfounding (https://es.ulule.com/montecarlo67/ y el público siempre nos ha respondido y nos ha acompañado. Y esta era la primera ver que para una secuencia íbamos a necesitar bastantes extras, así que nos pareció una buena idea poder darle esa oportunidad a la gente que siempre nos ha apoyado. Creemos que va a ser también algo muy bonito, poder involucrar a los mecenas de esa manera en el proceso creativo. Y también nos parece interesante que puedan ver de primera mano cómo y dónde se han invertido sus recursos.
Has mencionado que el cortometraje es una mezcla de humor cinéfilo y emoción. ¿Cómo equilibras estos elementos para contar una historia que también tiene un componente histórico?
Sí, es que es un guion muy curioso en ese sentido, porque va tener partes muy emotivas de la conversación, pero también otras muy divertidas. Hay que tener en cuenta que una parte del guion es en castellano y otra en inglés, y eso hará que esa falta de entendimiento por el idioma de primeras entre los 3 protagonistas puede tener momentos muy cómicos. Intentaremos hacerlo lo mejor posible para buscar ese equilibrio entre lo cómico y lo emotivo, pero es que es lo que hemos buscado prácticamente desde el principio en el guion, así que creo que podremos conseguirlo.
El proyecto ha recibido apoyo institucional y premios en laboratorios de cine. ¿Cómo ha influido este reconocimiento en el desarrollo y la producción del cortometraje?
Bueno, pues el proyecto ganó dos laboratorios de desarrollo, y los profesionales siempre coincidían en que era una historia muy interesante por múltiples razones, y que la manera en la que estábamos enfocando todo era la correcta para llevarlo a cabo. Eso hizo que el proyecto fuera creciendo y mejorando poco a poco, hasta conseguir el año pasado la ayuda de la Comunidad de Madrid obteniendo una de las mejores puntuaciones, lo que hizo que ya no pudiéramos frenar esto.
En términos de ambientación, recrear el Montecarlo de 1967 debe ser un desafío. ¿Qué estrategias estás utilizando para lograr una representación fiel de esa época?
Pues quizás esto ha sido lo más complicado y lo más desesperante del proceso de preproducción y desarrollo de Montecarlo 67. Evidentemente irnos a Mónaco no entraba dentro del presupuesto, así que hemos tenido que hacer un gran trabajo entre todo el equipo para encontrar las localizaciones perfectas, pero creemos que lo hemos conseguido y estamos deseando que lo podáis ver en pantalla para ver si hemos logrado ser fieles a la época. Antes de encontrar las dos localizaciones que finalmente irán incluidas, durante estos dos años hemos ido descartando decenas de ideas y sitios por diversas razones, pero las principales siempre eran las mismas, nos daba miedo que no quedarán bien ni acorde al año 1967.
Otro de vuestros trabajos es ‘Perder’ y aborda la adicción de los jóvenes a los móviles. ¿Qué impacto esperas que tenga este cortometraje en la concienciación sobre el uso de la tecnología entre los adolescentes?
El impacto que tuvo Perder fue mucho más grande del que esperaba en todos los sentidos. En el ámbito cinematográfico teniendo casi 100 selecciones, 25 premios, y ser candidatos a los Premios Goya y los premios Forqué, pero sobre todo en el ámbito educativo ha sido bastante fuerte porque se está utilizando como herramienta de concienciación en muchos centros y en muchas charlas. Y os puedo asegurar que todos los adolescentes que ven el corto se quedan reflexionando, y eso ya es una pequeña gran victoria.
Fuimos uno de los primeros proyectos audiovisuales en tratar el tema de la adicción de los menores a los móviles, y me acuerdo que hablar de eso hace 4 años todavía causaba mucho rechazo. Ahora por suerte es un tema que está en boca de todo el mundo. Estaba claro que la dirección a la que nos dirigíamos con el tema de los móviles y los menores no era la correcta.
‘Cómplices’ trata el tema del bullying y ha sido proyectado en numerosos festivales. ¿Cómo ha sido la recepción del público y qué aprendizajes has obtenido de este proyecto?
Cómplices, a mí, personalmente me cambió la vida. Era una historia muy personal en todos los sentidos, y fue la primera vez que realmente me atreví a dirigir algo más grande. Y el resultado jamás pensé que sería el de convertirnos en uno de los cortos más laureados de 2021 y en uno de los mejores proyectos en la lucha contra el acoso escolar, no solo en España si no fuera de nuestras fronteras.
En los cientos de proyecciones que he hecho en los institutos he vivido cosas que han sido espectaculares, y que desde luego han hecho que absolutamente todo, haya merecido la pena. Si tuviera que sacar un aprendizaje más claro es el del valor de saber escuchar, y que en el campo de la educación, sobre todo en infantil y en primaria, se podría cambiar todo para bien si se quisiera.
‘Sinapsis Films’ también produce el canal de divulgación BRICOCINE. ¿Cuál es el objetivo de este canal y cómo complementa vuestra labor en el ámbito cinematográfico?
Hacer divulgación del lenguaje audiovisual de manera divertida y desenfadada, porque en una sociedad que crea y consume audiovisuales de manera masiva y descontrolada es importante conocer su lenguaje y su historia.
Web de Sinapsis Films: https://sinapsisfilms.com/
Instagram: @sinapsisfilms
Campaña crowfounding MONTECARLO 67: https://es.ulule.com/montecarlo67/